Durante muchos años, hasta que la maldita brigada de limpieza municipal lo borró, en un portal de la calle Madrazo de Barcelona se podía ver una pintada muy extraña, que rezaba lo siguiente:
Bilbo is alive
Recuerdo como, de noche y a escondidas, enanos, hobbits y algún montaraz enmascarado se acercaban a la pintada para rendirle un último homenaje, sentido y silencioso, a ese valiente, audaz y arrojado hobbit.